He aquí un cuaderno de notas que no ocupa centímetros cuadrados, unos momentos de éxtasis o de desencanto transcritos a la lengua, plasmados en ordenadas, desfilantes letras; he aquí un espacio virtual donde el mundo es poliédrico, donde el tiempo es un garabato, donde las ideas claras son sutiles sensaciones atrapadas por el instinto...donde, entre cráteres y honda oscuridad, puedes oír cómo, hasta en la superficie lunar, hay algo que susurra.
martes, 4 de enero de 2011
Araña esbozada en un sueño
La araña, la arañita -¡tan chiquita, tan grácil!- corretea como una tenebrosa mota de polvo azuzada por el Bóreas; se detiene, vacila, se desliza mi araña -tan sutil, tan silenciosa!- aéreamente por las esquinas misérrimas, grisáceas; se apresura mi arañita -apenas ha salido del huevo, ¡y tan precoz, tan apurado arácnido de negocios!- con mecánico movimiento, con ineluctable voluntad. Corretea por mi pierna, explora mi cintura, zapatea con mucho salero mi arañita -¡qué artista, y olé!- en la tarima carnosa que es mi pecho. Tras el asalto, el paseo, la exhibición, se agota mi arañita -¡tan frágil!-, se ruboriza mi arañita -¡tan tímida!- y da media vuelta mi arañita y se va sin decir adiós.
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