miércoles, 15 de septiembre de 2010

Callad

Callad, cigüeñas crotorantes, lechuzas pasmadas, sombras susurrantes y otros monstruos noctámbulos, callad vuestros picos y no chasqueéis más vuestros dedos animales...no quiero oír lo que tenéis que decirme, no quiero saber qué de vosotros veis en mí...qué tengo yo de monstruo. Antes prefiero creerme inefable, saberme infalible, entenderme como la brisa suave en la cara, no como una caverna: no como vosotros; ¿por qué? bueno, esa pregunta tiene una evidente respuesta: porque soy un cobarde.

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